Un elevado porcentaje de afectados de TEC grave no llegará nunca a recuperarse en un
grado que le permita tener autonomía pero, en algunos casos, puede llegar a conseguirse
una situación suficientemente satisfactoria.
El traumatismo craneal grave conlleva empeoramiento del pronóstico en cualquier grupo de
edad y especialmente en el anciano.
En cuanto a la mortalidad, en los centros hospitalarios de alto nivel se sitúa entre el 20 y el
30%, también con diferencias con respecto a la edad: el mayor porcentaje de fallecidos se
da entre los menores de 10 años y los mayores de 65, siendo el Traumatismo
Craneoencefálico la primera causa absoluta de muerte en los menores de 45 años.
Tratamiento Las bases conceptuales del manejo del TEC asientan sobre varios asertos que
resumimos en rapidez de tratamiento, evitar daños secundarios y hospital adecuado. Es
necesario recordar que los TEC que llegan vivos al hospital, transcurridos 30 minutos tras
el impacto, generalmente no portan lesiones primarias incompatibles con la vida.
Los objetivos del tratamiento inicial del TEC se concretan en conseguir:
– Ventilación y estabilidad hemodinámica.
– Diagnóstico y cirugía inmediata de lesiones ocupantes de espacio.
– Descartar y tratar las lesiones asociadas que amenazan la vida.
4.1 Vía aérea
La presencia de un TEC grave o una situación de coma definida como una puntuación en
la escala de Glasgow de 8 puntos o menor es indicación de establecimiento de una vía
aérea definitiva.
Es menos agresivo intubar y retirar precozmente el tubo endotraqueal si no es necesario
en algunos pacientes, que someter a un TEC grave a los riesgos de elevación de la PIC,
hipoxemia, etc. por no intubarle.
En el caso de que sea necesario intubar al paciente, recordar la máxima de que "todo TEC
presenta, hasta que se demuestre lo contrario, una lesión cervical", por lo que hay que
mantener en todo momento la alineación e inmovilización cervical.
4.2 Ventilación
Se debe administrar oxígeno a alto flujo a todo paciente con TCE, y garantizar una
adecuada ventilación para mantener la PaO2 por encima de 70 mmHg.
Ante la presencia de signos de HIC se recomienda ventilación asistida con hiperventilación
para mantener la PaO2 próxima a 28 mmHg.
Es importante tener adaptado el enfermo al respirador, por lo cual será necesario la sedo
relajación, para evitar la tos y lucha, que incrementarían la PIC.
Considerar las características específicas de dichas drogas en el TCE. Se deben evitar
sedantes de acción prolongada, ya que no permiten evaluaciones frecuentes y existe riesgo
de sobre sedación.
4.3 Circulación
No se debe considerar inicialmente al TEC causa de hipotensión arterial. Por tanto, ante un
poli traumatizado con TEC con signos de shock hay que proceder a una reposición
de volumen que mantenga la tensión arterial sistólica por encima de 90 mmHg.
Una vez restaurada la volemia debemos reducir los fluidos a ritmo de mantenimiento de las
necesidades basales.
Existen suficientes evidencias que demuestran la relación entre valores más bajos de
presión arterial media (PAM) en las primeras horas del TEC y mayor tasa de mortalidad,
peores resultados funcionales, y mayor incidencia de complicaciones sistémicas.
Pensamos que la PAM debe situarse al menos en cifras superiores a 80 mmHg. Es motivo
de controversia la composición ideal de la fluido terapia para reanimación del TEC, excepto
que deben evitarse las soluciones hipotónicas como la dextrosa al 5% y los aportes
elevados de glucosa.
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